Hombre. Alrededor de los 20. Castaño
con barba de varios días.
Me lo crucé a la nochecita. Yo estaba
caminando, estaba alterado, y salí a caminar para calmar el
estrés.
Me encontré al chico este caminando y cantando por la calle.
Parecía
feliz, parecía que acababa de lograr algo importante y que eso lo
hizo tan feliz. Me molestó que estuviera tan feliz. Desenfunde el
cuchillo y me acerqué por detrás, despacito para que no me
escuchara. Cuando me encontraba a dos metros y su cantar era insoportable le
dije:
— ¿Qué es lo que te hace tan
feliz?
El dio un salto del susto. Me había
acercado a él sin que se diera cuenta.
—El amor, guacho, el amor. —Dijo
con una sonrisa de oreja a oreja. —El amor es algo divino. Te
hace mejor persona, te da ganas de ser más de lo que sos y te saca el
egoísmo.
Podría
morir por la persona que amo.
—Qué ironía— Le
dije mientras le apoyaba una mano en el hombro— si
no estarías tan enamorado te hubiese dejado en paz.
Termine la oración y le clave el cuchillo en
el estómago. El me miró, yo sonreí. ¡Su
cara de horror y sorpresa era única! Sonreí con tanta fuerza que creo
que mi felicidad por matarlo fue más grande que la que el sentía
por el amor. ¡Qué buena muerte!¡Se murió, literalmente, por culpa de su amor! Fue cliché y
todo, con una frase incluida. ¿Podría hacerme una frase personal
como un "Hasta la vista, baby" para sonar genial? Igual no dejó
testigos, así que no tendría sentido, pero sonaría
genial...
Y así me volví, ¡feliz
por haber matado de vuelta!